viernes, 4 de mayo de 2012

Así Ni Eres Empresaria, Ni Eres Nada


Cuando una persona decide abrir su propia empresa lo hace con la ilusión de prosperar, y desea hacerlo de manera honrada, honesta y lucrativa. Nadie comienza a trabajar por cuenta propia sin la idea final de ganar dinero, pero al iniciar el negocio se hace con la mente puesta en ser una buena jefa, ser justa con tus empleadas y no cometer aquellos mismos fallos que tus jefes anteriormente cometieron contigo. Sin embargo parece existir un momento en el que muchas "empresarias" pierden dos de esos objetivos, quedándose únicamente con el dinero como único fin que aparentemente justifica todos los medios.

En los últimos días me he encontrado con varios casos que han desatado mi indignación más absoluta. He visto casos en que el empresario obliga al trabajador a firmar por adelantado la baja voluntaria, sin fecha, para poder despedirle cuando quiera sin tener que pagar indemnización alguna; he visto empresarios que firman únicamente contratos de media jornada pero obligan a trabajar cincuenta horas semanales; empresarios que niegan el derecho a pagas extras o vacaciones a sus empleados... Y yo me pregunto: "entonces, las empresarias que queremos dar todos sus derechos a nuestras trabajadoras, ¿cómo podemos ser competitivas?". Y la respuesta es sencilla: no podemos.

Se han oído en las últimas fechas muchas críticas a la nueva reforma laboral, alegando que recorta todos los derechos que se han adquirido durante décadas. También se ha escuchado a defensores de la misma diciendo que es necesario reducir los costes del empresario para poder tener empresas competitivas y por lo tanto generar empleo. Pero todo eso da igual si luego los derechos no se respetan. ¿Qué más da que tengas 50 ó 10 días de indemnización si te obligan a firmar la baja voluntaria el día que te contratan? ¿Realmente importa que tengas derecho a 15 días de vacaciones o a 45, si no te van a dejar disfrutarlos? No, el problema no es la reforma, sino la explotación, se necesitan más empresarios honrados y responsables y entonces serán necesarias menos subidas de impuestos.

Y al final pagamos justos por pecadores. Debido a que muchos empresarios explotarán a sus empleados, los sindicatos exigen una serie de medidas que ahogarían a cualquier pequeña empresa del país, como si apretando tanto al empresario que cumple con sus obligaciones se fuese a compensar por los no lo hacen. A todas luces eso es absurdo.

A las empresarias que años después de abrir nuestro negocio seguimos queriendo ser honradas y honestas, ¿qué solución nos queda para ser competitivas? Contratar una peluquera a mí me cuesta 2.000 € al mes entre sueldo, seguros sociales, pagas extras y vacaciones. Si en otra peluquería ese gasto es cuatro veces menor porque no se respetan los derechos de sus trabajadores, es imposible que yo pueda competir con ellos. ¿No es esa la más desleal de las competencias?

Al trabajador ahora mismo no se le puede pedir que no firme el contrato bajo esas condiciones leoninas, ya que con la escasa oferta de empleo que existe, en muchas ocasiones se ve obligado a coger casi cualquier trabajo que se le ofrezca. Al "empresario" (y lo pongo entrecomillado, porque para mí eso ni es empresario, ni es nada) que quiere paliar sus pérdidas vaciando de dinero y de derechos los bolsillos de sus empleados, poco le vamos a solicitar, porque claro está que apelar a su moralidad es estéril e inútil. A los sindicatos... mejor ni hablar: ni representan, ni defienden a nadie que no sea a ellos mismos. ¿Entonces a quién se le puede pedir que haga justicia? Yo te lo pido a ti, consumidor, te ruego que no te aproveches de los cantos de sirena en forma de precios sin competencia que llegan desde comercios que explotan a sus empleados. Es como si el empresario sacase el dinero del bolsillo de sus trabajadores y te lo pusiese a ti en la mano al contratar a esos precios. ¿De verdad lo vas a aceptar? Yo no.

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón. Yo soy esteticista, hoy cumplo 38 años y aunque me considero joven de sobra para tener mi propio negocio que es lo que más me gustaría en el mundo sin duda, pues hay mil millones de cosas que me echan para atrás, entre ellas la que tu explicas aquí perfectamente...está claro que yo sóla no puedo hacer gran cosa teniendo en cuenta la época que nos toca vivir actualmente, pero no están ayudando para nada sino todo lo contrario.....en fin...muy triste.
    Besos!

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  2. Bueno, no todas las empresarias somos iguales. Yo tengo un centro de estética, es muy chiquitito, apenas tengo una peluquera y una esteticista, pero intento llevarlo de la manera más honesta y honrada posible. Y espero conseguirlo, por eso me fastidia tanto que otras se aprovechen de la gente, porque hacen que al final se nos meta a todas las empresarias dentro del mismo saco (amén de la competencia desleal que supone que ellas tengan la mitad de gastos que yo).

    ¡Muchas gracias por tu apoyo!

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